jueves, 17 de marzo de 2016

Sabino en la memoria: 10 días de un olvido colectivo.

Rodolfo Montes de Oca

El pasado 03 de marzo se cumplieron 03 años del asesinato del cacique yukpa Sabino Romero, ha 10 días de una fecha que pocos reivindicaron y por la cual pocos se movilizaron, considero perentorio hacer esta breve reflexión.

Sabino Romero Izarra, para los que no recuerdan, fue la figura más significativa y combativa de la comunidad Chaktapa del pueblo yukpa, que desde el 2003 en concordancia con las disposiciones constitucionales, empezó a recuperar las tierras que habían habitado. Su osadía lo llevo a vivir un calvario en vida con la muerte de su padre a golpes, agresiones verbales, militarización de la zona, su judicialización por la jurisdicción ordinaria cuando debió ser la indígena, hasta su muerte en una emboscada.

Aunque el 15 de agosto del 2015, por impulso del Ministerio Público fueron condenados todos los autores materiales del asesinato a diez y treinta años de prisión; Poco se sabe sobre los autores intelectuales de su muerte, así como las razones que impulsaron su asesinato.   

Es perentorio recordar que existió una política gubernamental los últimos 16 años de acercamiento y reconocimiento de los pueblos indígenas, haciéndolos en teoría concesiones que ningún otro poder político les había otorgado; Sin embargo en la actualidad ese apoyo merma y se ceca como el Socuy ante la reactivación de la explotación del carbón en la Sierra de Perija.

Desde el 12 de enero de 2001, se publicó en la Gaceta Oficial nro. 37.118, la Ley de Demarcación y Garantía del Hábitat y Tierras de los Pueblos Indígenas, en la cual se establece el procedimiento, participación y consulta para la demarcación de su hábitat; Pero aunque existe un ordenamiento jurídico que garantiza su ejecución como política pública y se establece quienes son los organismos responsables de ejecutarlas, no se ha realizado la demarcación siendo la principal bandera enarbolada por Sabino durante su vida.    

Una de las principales causa de este incumplimiento radica en que durante años, algunos grupos aliados de los pueblos indígenas se han dedicado a servir de muro de contención entre las demandas y el Ejecutivo Nacional, evitando así que el malestar se desborde con la excusa de no beneficiar a una “oposición”, que poco o nada ha hecho para acercarse al 3% de la población.

Por el contrario, la actual Administración en vez de cooperar con la demarcación se ha hecho la vista gorda, haciendo gala de snobismo y burda teatralidad cuando propone en su Plan de la Patria cosas inverosímiles como “crear 40 comunas indígenas”, mientras se vanagloria de acelerar un “motor minero” que reactivara la explotación de carbón en la Sierra de Perija, para pagar los superfluos gastos del estamento militar.

Atrás quedo el parque eólico para la Guajira, las cadenas de televisión reconociendo el acercamiento con los yukpa, las consignas de “carbón no” y la masificación de la figura de Sabino Romero como un nuevo “Guacaipuro”…Todo eso hoy estorba a un gobierno que esta dispuesto a negociar con el IIRSA para garantizar un flujo de créditos necesarios para sortear una transición política.

Por consiguiente, hay que ser duros al afirmar que el gobierno no solo incumple la ley y  el mandato popular, si no que allana el camino para que Venezuela siga cumpliendo su rol dentro de la globalización económica como un surtidor de energía eficiente de las naciones del norte. Sin mencionar que sigue aupando y amparando a los terratenientes de GADEMA que se han cebado de la peor manera contra los yukpa.

La sombra de Sabino se esparce sobre nosotros, los aliados de los pueblos indígenas, para recordarnos que ningún gobierno y ningún Estado, por más revolucionario que se reivindique puede dar lo que las luchas desde abajo nos otorgan.¡Sabino sigue presente!

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