Rodolfo Montes de Oca
El pasado 03 de marzo se cumplieron 03 años del asesinato del cacique
yukpa Sabino Romero, ha 10 días de una fecha que pocos reivindicaron y por la
cual pocos se movilizaron, considero perentorio hacer esta breve reflexión.
Sabino Romero Izarra, para los que no recuerdan, fue la figura más
significativa y combativa de la comunidad Chaktapa del pueblo yukpa, que desde
el 2003 en concordancia con las disposiciones constitucionales, empezó a
recuperar las tierras que habían habitado. Su osadía lo llevo a vivir un
calvario en vida con la muerte de su padre a golpes, agresiones verbales,
militarización de la zona, su judicialización por la jurisdicción ordinaria
cuando debió ser la indígena, hasta su muerte en una emboscada.
Aunque el 15 de agosto del 2015, por impulso del Ministerio Público
fueron condenados todos los autores materiales del asesinato a diez y treinta
años de prisión; Poco se sabe sobre los autores intelectuales de su muerte, así
como las razones que impulsaron su asesinato.
Es perentorio recordar que existió una política gubernamental los últimos
16 años de acercamiento y reconocimiento de los pueblos indígenas, haciéndolos
en teoría concesiones que ningún otro poder político les había otorgado; Sin
embargo en la actualidad ese apoyo merma y se ceca como el Socuy ante la
reactivación de la explotación del carbón en la Sierra de Perija.
Desde el 12 de enero de 2001, se publicó en la Gaceta Oficial nro. 37.118, la Ley de Demarcación y Garantía
del Hábitat y Tierras de los Pueblos Indígenas, en la cual se establece el
procedimiento, participación y consulta para la demarcación de su hábitat; Pero
aunque existe un ordenamiento jurídico que garantiza su ejecución como política
pública y se establece quienes son los organismos responsables de ejecutarlas,
no se ha realizado la demarcación siendo la principal bandera enarbolada por
Sabino durante su vida.
Una de las principales causa de este incumplimiento radica en que
durante años, algunos grupos aliados de los pueblos indígenas se han dedicado a
servir de muro de contención entre las demandas y el Ejecutivo Nacional,
evitando así que el malestar se desborde con la excusa de no beneficiar a una
“oposición”, que poco o nada ha hecho para acercarse al 3% de la población.
Por el contrario, la actual Administración en vez de cooperar con la demarcación
se ha hecho la vista gorda, haciendo gala de snobismo y burda teatralidad
cuando propone en su Plan de la
Patria cosas inverosímiles como “crear 40 comunas indígenas”,
mientras se vanagloria de acelerar un “motor minero” que reactivara la
explotación de carbón en la
Sierra de Perija, para pagar los superfluos gastos del
estamento militar.
Atrás quedo el parque eólico para la Guajira , las cadenas de televisión reconociendo
el acercamiento con los yukpa, las consignas de “carbón no” y la masificación
de la figura de Sabino Romero como un nuevo “Guacaipuro”…Todo eso hoy estorba a
un gobierno que esta dispuesto a negociar con el IIRSA para garantizar un flujo
de créditos necesarios para sortear una transición política.
Por consiguiente, hay que ser duros al afirmar que el gobierno no solo
incumple la ley y el mandato popular, si
no que allana el camino para que Venezuela siga cumpliendo su rol dentro de la
globalización económica como un surtidor de energía eficiente de las naciones
del norte. Sin mencionar que sigue aupando y amparando a los terratenientes de
GADEMA que se han cebado de la peor manera contra los yukpa.
La sombra de Sabino se esparce sobre nosotros, los aliados de los
pueblos indígenas, para recordarnos que ningún gobierno y ningún Estado, por
más revolucionario que se reivindique puede dar lo que las luchas desde abajo
nos otorgan.¡Sabino sigue presente!
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