A todxs lxs anarquistas de praxis
A lxs incendiarixs y refractarixs afines
A lxs jóvenes antiautoritarixs
A lxs que enfrentan el Poder en todas sus manifestaciones
A los oídos receptivos y a las mentes indomables
¡Salud!
A lo largo del pasado mes de
octubre, leímos y escuchamos todas las afrentas y descalificaciones habidas y
por haber contra el anarquismo, incluso de boca de presuntos “anarquistas”.
Algunos de estos santurrones y patriarcas libertarios, alzaban su voz para
increparnos y nos señalaban con el dedo fétido (ocupado en profundas necesidades)
con el afán de acusarnos de todo lo acusable. Llegaron a exigirse
“credenciales” y no escaseó quien fue aún más lejos y se entregó a la
“encomiable labor” de bendecir y santificar el ideal anárquico a través de una
grotesca “campaña” consagrada a esclarecer a las “masas” e ilustrarlas sobre
las bondades del “anarquismo bueno” en detrimento de ese pútrido anarquismo de
praxis que se empeña, contra viento y marea, en soltar la rienda a sus
instintos dándole vida a la destrucción creadora; enfrentando con uñas y
dientes al Poder en toda la extensión de la palabra; cargando de proyección al
ideal ácrata, fundamentando en tiempo presente nuestra teoría y nuestra
práctica y erigiéndose como protagonista indiscutible de la historicidad de la
que forma parte.
Tampoco faltó por esos días el
grito a todo pulmón de “ataja al anarquista”, contra el chavo chemo que le
arrebataba la laptop a la salida de la
estación del metro Hidalgo al académico progre
que corrió chillando al MP a denunciar el hecho y amenazó con hacerla de
tos hasta en la Corte Interamericana si le dilatan la averiguación. Ya ni
mencionar esa caterva de ilustres intelectuales “solidarios” que aseveran desde
sus elevados púlpitos (siempre a la izquierda del Capital) que quienes
enfrentamos con violencia la
hiperviolencia sistémica no somos anarquistas y nos rotulan de “malhechores”, “provocadores”, “halcones”,
“porros”, “vándalos”, “reserva de violencia programable”, “policías
infiltrados” y “mercenarios a sueldo”. Tal fue el caso de la decrépita
escribana Elena Poniatowska que, con tal de ahorrarse el esfuerzo neuronal,
concluyó en sus desatinados comentarios (junto a Aurelio Fernández) que lxs
únicxs anarquistas buenxs son lxs que están muertxs; enumerando una abreviada
lista de compañerxs caídos que, lógica y
consecuentemente, también recurrieron en su tiempo a la violencia anárquica
–quien dude lo anterior sólo tiene que leer los textos y revisar la ardua
biografía de Ricardo Flores Magón; Praxedis G. Guerrero; Enrico Malatesta;
Buenaventura Durruti y demás compañeros mencionados. O, recurrir a sus
prontuarios policiacos donde encontrarán un nutrido inventario de “delitos”
cometidos por nuestros precursores. También podrían zambullirse en los
periódicos de época donde seguramente hallarán similares agravios en contra de
lxs anarquistas de entonces, escritos por otros escribanos de esos que hoy
nadie recuerda ni su nombre.
Desde luego, toda esta histeria
colectiva antianarquista ha sido bien alimentada y alentada desde la izquierda.
Tanto la socialdemocracia armada como la electorera ha puesto el alarido en el
cielo al ver anonadados el incremento de la contestación anárquica y la
reapropiación de las calles como lugar de lucha –Esas mismas calles que habían
sido usurpadas y acaparadas (durante décadas) por la simulación opositora, por
la protesta baladí, por la manifestación estéril y la inútil formulita
“marcha-mitin-plantón”, siempre manipulada por los partidos políticos
electoreros (o partidos de vanguardia en vías de volverse electoreros) y las
organizaciones clientelares (¡perdón! quisimos decir sociales), con sus
acostumbrados “pases de lista”, sus reiteradas consignas vacías y su “comisión
negociadora”.
Todxs los lidercillos de la
izquierda se han quedado atónitos al verificar el ensanchamiento de la
insurrección anarquista, al comprobar la contundencia de la confrontación
ácrata, al presenciar la extensión de la
revuelta cotidiana contra todo lo existe y, sobre todo, al confirmar que
nuestra lucha no es recuperable; al quedar convencidos que esa inmensa marea de
jóvenes iconoclastas que enfrentan cara a cara a los cuerpos represivos en la
lucha callejera, junto a esos grupos de afinidad que se multiplican en la
oscuridad cómplice haciendo tronar la pólvora e iluminando la noche con el fuego
liberador, no se embelesan con sus cantos de sirena porque no respetan líderes,
mandos ni mesías, porque no se inclinan ante iluminados, porque no se tragan
sus discursos demagógicos ni sus promesas a futuro, porque no se suman a sus
“programas de lucha” ni a sus “proyectos transformadores”. Es por eso que se
siembra la sospecha, se cultiva la duda y se ceba la bazofia conspiranoica. Si
no son recuperables ni manipulables ni gobernables ni sumisos ni obedientes,
entonces no sirven. No son útiles para la causa, no son funcionales al Poder
(ni para quienes lo detentan ahora ni para quienes aspiran a detentarlo
mañana), no son lacayos de la Patria, no son clientes potenciales, no son
títeres de la Revolución: ¡Son halcones! ¡Infiltradxs! ¡Mercenarixs! ¡Tontxs útiles!...
(Incluso, las “buenas conciencias” han especulado con el nacimiento de un nuevo
Alebrije que han bautizado con el paradójico nombre de “anarco-fascismo”).
Curiosa y oportunamente, hace
unos días apareció en medio de toda esa verborrea antianarquista (vertida
deliberadamente en los medios masivos de alienación y financiada por partidos
políticos de derecha e izquierda), el comunicado más reciente del subcomediante
Marcos. Después de un resumido balance financiero que no augura una
remuneración exitosa a la llamada “escuelita zapatista”; la vedette enmascarada
hace gala de ir contracorriente en defensa del anarquismo (¡¿?!) y nos dedica
siete párrafos intitulados CASOS ESPECIALES: L@s anarquistas. Desde luego, para
esto se las ingenia, como ya es costumbre, y comienza acomodando las palabras y
acotando su discurso a un sector particular: “Para quienes militan y se
reivindican como de la “A”, bandera sin nación ni fronteras, y que son parte de
la SEXTA, pero que en verdad militen y no sea una moda de vestir o de
calendario” (Lo que delimita y reduce aún más a ese “particular” sector). Y les
solita un “pedido especial”. Les invita, después de cumplir con su registro en
la referida “escuelita” (y cubrir los $380.00 por adelantado), a escribir UNA
cuartilla respondiendo “las críticas y acusaciones que se les han hecho en los
medios de paga” y les asegura que los textos recopilados serán publicados en su
página electrónica (enlacezapatista.ezln.org.mx) y en una revista neozapatista
de próxima aparición.
Pero, como recalca, ese pedimento
no es para nosotrxs sino para lxs que se dicen anarquistas y suscriben la Sexta
(o sea, que ese boleto no es nuestro). A nosotrxs lo que nos viene a cuento es
la alusión que hace este plumífero guerrillero del amplio y a veces difuso
espectro ácrata; es decir, de “l@s Anarquistas”. Y por eso respondemos. De más
está comentar que, como Anarquistas, nosotrxs sentimos un profundo desprecio
por las jerarquías militares y que lo único que nos provocan los profesionales
armados es repulsión. Asimismo, está de más precisar lo que significan para
nosotrxs, lxs Anarquistas, lxs líderes y las vanguardias políticas. Sin
embargo, vale dejarlo por escrito para que no se confunda esta declaración con
un intercambio de opiniones o un intento de diálogo (ni con el infrascrito ni
con lxs que se dicen anarquistas y están adheridos a la Sexta ni con el tal
Wilhelm Tell de Búrglen (o de Tlalnepantla), que también se dice anarquista y
se enorgullece de su moño tricolor, de
su grado de capitán y de bolearle los Florsheim al Peje, mientras evoca al
Frente Popular a la vieja usanza stalinista).
Sobra aclarar que no aspiramos a
ser publicados en sus medios. Estamos conscientes que no existen medios
“neutrales” y que todos, sin excepción, responden a los lineamientos políticos
de sus editores y/o patrocinadores. Tampoco pretendemos delimitar nuestro
pronunciamiento conjunto al estrecho espacio que nos ofrece una cuartilla;
mucho menos reducirlo al cabal cumplimiento de sus “peticiones”, así que
escribiremos lo que estimemos necesario para dejar sentada nuestra posición,
como Anarquistas, sin limitarnos a las formas.
Habría que empezar por comentar
que esxs que se dicen anarquistas y son parte de la Sexta, no se vieron durante
los enfrentamientos con las fuerzas represivas ni participaron en los sabotajes
y los ataques a la sagrada propiedad; mucho menos, estuvieron implicadxs en las
expropiaciones masivas (ni el 1 de diciembre ni el 1 de septiembre ni el pasado
2 de octubre). Lxs pocxs que se dicen anarquistas y son parte de la Sexta que
advertimos en medio de las recientes luchas callejeras, se mantuvieron un tanto
alejadxs de las acciones; algunxs videando la confrontación para sus
ciber-noticiarios alternativos; otrxs grabando entrevistas para las radios de
contrainformación vía Internet (con el estruendo de los petardos y la gritería
de fondo para impregnarle cierto dramatismo al documento con la
ambientación propicia) o; tomando
fotografías para sus múltiples páginas webs, blogs y foros virtuales. También
vimos a otrxs, muy otrxs, que diciéndose
anarquistas y siendo parte de la Sexta, murmuraban a la distancia los mismos
oprobios que más tarde repitieran sus colegas de izquierda (“provocadores”,
“porros”, “halcones”, “infiltrados”…) o brindaban circunspectos entrevistas a
los medios impresos y/o electrónicos (de paga, of course), aseverando que “no,
no y no” eran anarquistas quienes daban batalla a los uniformados y destrozaban
los cristales de tiendas, bancos y multinacionales.
Hubo uno que llegó a afirmar (y hasta a
posar para la foto) que la mejor prueba de que lxs enardecidxs encapuchadxs no
éramos anarquistas fue el ataque despiadado contra el Hemiciclo a Juárez en la
Alameda central, olvidando que el benemérito Bomberito, durante su prolongado
mandato, fue un feroz asesino de anarquistas que ordenó el fusilamiento de
Julio Chávez López y medio centenar de compañerxs. Y bueno, desde luego que no
todxs lxs enardecidxs luchadores eran Anarquistas; bastó con el primer molotov
que surcó los aires, con la explosión de los petardos, con el zumbido de unas
pocas rocas que se estrellaron contra los escudos y los cascos de los
uniformados, para que se propagara el contagio y se extendiera la lucha
antisistémica. Esa fue la tarea de la Coordinadora de las Sombras y el quehacer
del Bloque Negro: provocar la chispa que incendiara la pradera.
Después de haber expresado todo
lo anterior, consideramos necesario escudriñar minuciosamente lo que realmente
esconde esta nueva misiva del payaso embozado tras el mítico pasamontañas. Una
vez más, nos enfrentamos a un comunicado elaborado para consumo externo (o sea,
para digerirse y disfrutarse fuera de las comunidades).
Diseñado, elaborado y bien
sazonado, para el gusto de las mayorías y para la satisfacción y el deleite de
amplísimos paladares. Sin dudas, responde al agrado y la complacencia de lxs
consumidores foráneos. Sobre todo, para aquellxs que se ubican en otras pero
muy otras geografías –aún más lejanas– y les maravillan los platillos exóticos
cuidadosamente decorados y servidos en vajilla “autóctona” –es muy recomendado
acompañarlos de abundante kalimocho (porque eso de exportar el pox está medio cabrón con todas las restricciones
aduanales para las bebidas espirituosas sino ya se hubieran montado sus
changarritos en varias ciudades europeas y tendrían Pocherías Zapatistas en
Atenas, Barcelona, Berlín, Hamburgo, París, Praga, Madrid, Milano y Roma; claro
está, en las comunidades controladas por el EZLN continuaría prohibida su
ingesta…bueno, como quien dice prohibida, prohibida, prohibida: no; siempre hay
quienes están exentos de las prohibiciones, es lo tangible de esa ambigüedad
del “mandar obedeciendo” y lo real maravilloso de ser mando desde la
horizontalidad discursiva).
Una vez más, identificamos en su
jovial y desenfadada escritura una artimaña bien montada para escena con el
único objetivo de atraer la atención y volver a ser “noticia”. Una vez más, nos
percatamos que se aspira distraer y confundir. Una vez más, vemos como se
recurre al marketing revolucionario y se delinea una nueva estrategia en
búsqueda de adeptxs con la misma desfachatez que el resto de la clase política
(Es muy probable que este bufón de rostro cubierto se ilusione con la
posibilidad de jalar agua para su molino recurriendo al trillado argumento de
“el enemigo de mi enemigo es mi amigo”; sin embargo, comete un garrafal
equívoco. A nosotrxs, lxs Anarquistas, las máximas maquiavélicas nos resbalan
porque la historia nos ha enseñado –en múltiples y repetidas ocasiones– que lo
que resulta funcional al Príncipe suele ser adverso a nuestros principios o
sea, que el enemigo de nuestro enemigo también puede ser nuestro enemigo). Una
vez más, percibimos como se intenta imponer “línea” dotando de patente de corso
a esa bochornosa legión de incautxs, despistadxs, confundidxs, arribistas y
oportunistas que se dicen anarquistas y son parte de la Sexta (Atención:
Nosotrxs no pretendemos otorgar credenciales ni desempolvar el enmohecido
anarcómetro para emitir certificados de autenticidad anárquica, simple y
sencillamente, nos referimos de esta forma a quienes se dicen anarquistas y son
parte de la Sexta porque cualquiera que tenga una somera idea de lo que es ser
Anarquista no puede refrendar ese programa populista-socialdemócrata de
pretendida redacción indígena que, entre otras perlas, aclara que el EZLN no
considera que la política no sirve sino “que ESA política no sirve. Y no sirve
porque no toma en cuenta al pueblo, no lo escucha, no le hace caso…” Y aspira a
concretar una “CAMPAÑA NACIONAL para la construcción de otra forma de hacer
política, de un programa de lucha nacional y de izquierda, y una nueva
Constitución”).
Como Anarquistas consecuentes,
rechazamos enérgicamente todas las formas de autoritarismo, demostrando con
actos nuestra voluntad iconoclasta, nuestra vocación insumisa y nuestra
condición negadora del Poder –por muy comunitario o diminuto que sea el coto de
Poder. Nos queda claro que sigue estando pendiente un profundo debate (entre
Anarquistas) que nos permita superar estas lamentables ambigüedades e
ignominiosas contradicciones que impiden el pleno desarrollo de la lucha
anárquica en nuestros días. Evidentemente, habrá que superar estas
“ambigüedades” y esas “contradicciones” no sólo de palabra sino en la praxis
cotidiana que es la única manera de
hacer posible, aquí y ahora, la Anarquía.
La opresión histórica más atroz y
efectiva –esa que en resumidas cuentas
es la madre de todas las opresiones– radica en la perseverante apatía de las
mayorías, en el persistente conformismo, en el inagotable servilismo
voluntario, en la ceguera permanente de la masa. Sin apatía, sin conformismo,
sin esxs ciegxs que se niegan a ver, sin servidumbre voluntaria, el Poder se
desmorona; porque sólo habrá gobernantes mientras existan gobernadxs (que se le
llame “mal gobierno” o “buen gobierno” es únicamente una cuestión semántica o,
definitivamente, un argumento demagógico).
Ni un milímetro atrás: ¡9 milímetros en las cabezas del
Poder!
¡Qué la lucha anárquica se extienda a todos los rincones!
¡Viva el fuego liberador y la pólvora vindicadora!
¡Contra el sistema de dominación!
¡Luchemos contra toda esperanza!
¡Qué nadie recupere nuestra lucha!
¡Por la coordinación internacional anarquista!
¡Por la demolición de las prisiones!
¡Por la Liberación Total!
¡Por la Anarquía!
Toda nuestra solidaridad con el compañero Mario González,
con nuestro hermano Gabriel Pombo da Silva, con nuestrxs afines de la
Conspiración de las Células de Fuego de Grecia, con nuestro compañero Hans
Niemeyer, con el compa Marco Camenisch, con el compañero Henri Zegarrundo (en
arresto domiciliario), con nuestrxs entrañables cómplices Mona y Francisco
(secuestradxs en las primeras horas del día de hoy por las fuerzas represoras
en el Estado español) y con todxs lxs anarquistas presxs alrededor del mundo.
México, a 13 de noviembre de 2013
Acción Anarquista Anónima (AAA).
Células Autónomas de Revolución Inmediata “Praxedis G.
Guerrero” (CARI-PGG).
Conspiración de las Células de Fuego/Federación Anarquista
Informal (CCF-FAI)
Célula Insurreccional “Mariano Sánchez Añón” (CI-MSA).
PD (De reiteraciones y aguaceros sobre lo mojado): Sólo
cabría destacar que estamos totalmente conscientes de que no hemos dicho nada
que no se haya pronunciado antes –con
mucho más énfasis y mucho mejor articulado. No somos lxs primerxs ni lxs únicxs
Anarquistas que desde estas geografías (y otras remotas regiones), criticamos y
confrontamos la farsa neo-zapatista. No somos lxs primerxs ni lxs únicxs
Anarquistas que señalamos el rol embaucador de esta pintoresca representación
escénica. No somos lxs primerxs ni lxs únicxs Anarquistas que advertimos la
evidente labor recuperadora de este
espectáculo pirotécnico. No somos lxs primerxs ni lxs únicxs Anarquistas que
avisamos en este sainete vernáculo, todo el tufo autoritario y las aspiraciones
despóticas del maquillado y bien camuflado leninismo posmoderno.
PD2 (De “infiltrados”, “halcones”, “mercenarios a sueldo” y
“policías de civil”): Lo que también es innegable es la presencia, durante las
últimas luchas callejeras, de grupos de choque conformados por madrinas,
mercenarixs a sueldo y golpeadores voluntarios (lxs vimos, lxs confrontamos y
lxs identificamos) al servicio del Gobierno del Distrito Federal, que se
infiltran en el momento de la trifulca
–encapuchadxs o a cara
descubierta– para desplegar un marcaje personal contra determinadxs compañerxs,
llegando incluso a agredirles para facilitar su detención e inmediato traslado,
ya sea a bordo de las julias o de falsas ambulancias. En realidad, esta táctica
no tiene nada de innovador y es bastante recurrente en los gobiernos de
izquierda latinoamericanos (incluyendo los gobiernos priístas, que no se nos
olvida que siempre se han reivindicado de izquierda); la única novedad es el
empleo recurrente de esta metodología fascista por parte del Jefe de Gobierno
Miguel Ángel Mancera. Y, decimos que lxs identificamos, como seguramente
también lxs identificó el subcomediante Marcos, ya que se trata de viejxs
compañerxs de viaje que hasta le dieron posada cuando estuvieron de visita por
la Ciudad de México lxs 1101 habitantes de la zona controlada por el EZLN, en
aquellos entonces se asumían maoístas e integraban un Frente, después han sido
perredistas, petistas y muy probablemente (dependiendo de las diputaciones que
les prometan a sus líderes) terminen de clientes de MORENA. ¡Ahhh, qué terrible
es tener buena memoria!
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